P.-¿Cómo surgió esta
novela y el personaje de Gloria T?
R.-La novela se desarrolla en una época de grandes cambios, económicos y sociales en el sur turístico de Tenerife. De repente la agricultura pasó a un segundo plano y los terrenos áridos de la costa se transformaron en minas de oro para sus propietarios. La vida de Gloria sigue ese mismo patrón. Ella es a la vez producto y protagonista de esa transformación. Es una luchadora que se adentra en una espiral que la llevara a la cima con la sola fuerza de su ambición. Mira hacia adelante, siempre. El éxito económico es su meta. Nada la puede parar. La pregunta es si el triunfo como el de Gloria está reñido con la felicidad personal. La novela es reflejo de una época y creo que muchos lectores se van a reencontrar en ello.
P.-La verdadera historia de Gloria T tiene mucho de novela negra, pero también de realismo social, al ver la trama de depredación urbana que sufren los territorios turísticos españoles.
R.-El realismo social no está reñido con la novela negra y añadiré incluso que la realidad social es aún más negra. Me gusta la novela negra pegada la vida "real", al día a día, es decir que no se desarrolla en un mundo paralelo, tipo ficción de los malos. Puede existir también sin pistolas y sangre. Los personajes de La verdadera historia de Gloria T. pertenecen a origines sociales variados, nada les predestina a delinquir, pero las circunstancias de la vida los lleva tomar decisiones "para salir del paso". Cuando el hombre se encuentra al límite, puede reaccionar de manera inesperada y violenta. La situación social dramática actual es un foco de cultivo para ello. No hay más que mirar los informativos para entender.
P.- En su novela se plantea la desaparición como una salida a la realidad. ¿Cree que habrá lectores que se sentirán identificados y querrían desaparecer, aunque fuera temporalmente?
R.- Todos tenemos sueños, fantasías de cómo nos gustaría que fuera nuestra vida. La cruda realidad nos lleva muchas veces por otros rumbos, por razones económicas, profesionales, familiares… La vida es un camino con muchos cruces donde hay que elegir permanentemente entre varias opciones. A veces uno acierta, otras veces se equivoca. Equivocarse puede significar adentrarse en un túnel sin retorno. Se puede aguantar mientras hay una luz al final. Sin esa esperanza, vivir se convierte en un infierno asfixiante. Wolfgang, el marido de Gloria consigue salir de su túnel desapareciendo, pero paga un muy alto precio… Efectivamente, el lector se puede identificar con la idea de desaparecer, porque es una forma de escapar a una realidad no deseada, es como cerrar los ojos y no ver lo que no se quiere ver, con la esperanza de que al volver a abrirlos todo haya cambiado.
P.- Usted es francés, nacido en Saint-Pol-sur-mer, en Dunkerque. Vivió en Irlanda y finalmente se estableció en la Islas Canarias. Escribe sus novelas en castellano. ¿Por qué elige este idioma?
R.- En realidad no elegí. Cuando empecé a escribir nunca dudé si escribir en francés o castellano. Llevo ya más de treinta años viviendo en Tenerife y el castellano es mi idioma de cada día, el idioma con el cual me es mas fácil expresar mis ideas y sensaciones. Así que naturalmente empecé en español. Después de la publicación de mi primera novela Lágrimas en el mar, me decidí a traducirla al francés. Fue un trabajo mucho más laborioso de lo que me imagine a pesar de que se trataba de mi idioma maternal. Tarde más de lo previsto pero el resultado me satisface.
P.- Se dice que traducir es traicionar. ¿Le parece que la traducción de una obra resulta más fiable cuando está hecha por el mismo autor?
R.- Traducir es transportar ideas de un idioma a otro respetando el estilo. Los problemas surgen cuando las ideas pasan por la mente del traductor que no es una página en blanco, de ahí los posibles errores. Como comente antes, traduje mi novela yo mismo, después, la revisó un amigo periodista jubilado y estricto con el uso de "la langue francaise". Hacia algunas modificaciones, pero a veces llegaba a introducir matices, en los personajes por ejemplo, que no eran míos, pero provenían de su forma de entender la vida. No era consciente de ello. Tuvimos unos intercambios muy animados y interesantes que me llevaron a pensar que cada traducción contiene un porcentaje de interpretación.
P.-Pascal Buniet nació en una zona especialmente asolada por la guerra contra el nazismo, en territorios arrasados por los ejércitos alemanes. ¿Eso crea una conciencia moral especial, una visión del ser humano determinada?
R.- Pertenezco a la generación posterior a la guerra pero educado por unos padres que la sufrieron en plena adolescencia, con sus bombardeos, miedos y penurias. Mi ciudad de origen es una cuidad nueva porque fue destruida, y reconstruida. Sin duda he oído muchas anécdotas de lo que fue en mi juventud contadas en primera persona.
P.-¿Es cierto que siente una especial debilidad por el personaje de Arsène Lupin? ¿Qué diferencias encuentra entre la novela policiaca de aquella época y la actual novela negra?
R.- Me gustó descubrir que M.A.R. Editor publica textos de Maurice Leblanc y reencontrarme de nuevo con Arsène Lupin. Hace muchos años ya, mientras otros seguían al Hercules Poirot de Aghata Cristie, yo era lector de las aventuras de Arsène Lupin, "el gentleman cambrioleur". Arsène Lupin pertenece a otro mundo, a otra época. Un ladrón de guantes blancos que robaba a los de su clase, la clase alta. Sigue siendo una lectura interesante. Arsène Lupin es un ladrón con clase y principios. Un hombre con clase. Es un tipo de novela negra refinada… etiqueta negra...
P.-En su anterior novela, Lágrimas en el mar, relata una situación que vivió cuando ibas corriendo por un lugar desierto de la costa sur de Tenerife.
R.- Tengo la suerte de vivir en el sur de Tenerife junto a una zona natural protegida llamada Malpais de Rasca. La noche del ocho al nueve de enero 2004 llego una patera a esta costa, inhóspita para las embarcaciones. Todo cuanto describe John, el protagonista, en las quince primeras páginas de la novela, lo viví personalmente. Me encontré con los restos del desembarque de inmigrantes en este lugar, es decir ropa, enseres, zapatos abandonados… por la prisa y nocturnidad. Recientemente descubrí con sorpresa que la realidad sobrepasó mi ficción. Un conocido de la zona me pregunto de qué trataba el libro. Se lo dije y me respondió "Claro que me acuerdo, nosotros escondimos a tres de esos inmigrantes." Casi todos los personajes de la novela son gente que se han desplazado a vivir a otros países. Pero la novela pone el acento en lo que llamaría "la emigración dolorosa" que consiste en arrancarse a su tierra como única forma de escapar a la miseria. Cuando yo llegué a Tenerife hace unos treinta años, regresaban canarios que habían emigrado a Venezuela y cuyo dinero ganado con sufrimiento, y traído a la isla, ha dejado a hijos y nietos en situaciones económicas muy buenas. Es importante que estos jóvenes se acuerden de dónde viene su bienestar y no traten con desprecio a los que a su vez llegan en busca de lo mismo.
R.-La novela se desarrolla en una época de grandes cambios, económicos y sociales en el sur turístico de Tenerife. De repente la agricultura pasó a un segundo plano y los terrenos áridos de la costa se transformaron en minas de oro para sus propietarios. La vida de Gloria sigue ese mismo patrón. Ella es a la vez producto y protagonista de esa transformación. Es una luchadora que se adentra en una espiral que la llevara a la cima con la sola fuerza de su ambición. Mira hacia adelante, siempre. El éxito económico es su meta. Nada la puede parar. La pregunta es si el triunfo como el de Gloria está reñido con la felicidad personal. La novela es reflejo de una época y creo que muchos lectores se van a reencontrar en ello.
P.-La verdadera historia de Gloria T tiene mucho de novela negra, pero también de realismo social, al ver la trama de depredación urbana que sufren los territorios turísticos españoles.
R.-El realismo social no está reñido con la novela negra y añadiré incluso que la realidad social es aún más negra. Me gusta la novela negra pegada la vida "real", al día a día, es decir que no se desarrolla en un mundo paralelo, tipo ficción de los malos. Puede existir también sin pistolas y sangre. Los personajes de La verdadera historia de Gloria T. pertenecen a origines sociales variados, nada les predestina a delinquir, pero las circunstancias de la vida los lleva tomar decisiones "para salir del paso". Cuando el hombre se encuentra al límite, puede reaccionar de manera inesperada y violenta. La situación social dramática actual es un foco de cultivo para ello. No hay más que mirar los informativos para entender.
P.- En su novela se plantea la desaparición como una salida a la realidad. ¿Cree que habrá lectores que se sentirán identificados y querrían desaparecer, aunque fuera temporalmente?
R.- Todos tenemos sueños, fantasías de cómo nos gustaría que fuera nuestra vida. La cruda realidad nos lleva muchas veces por otros rumbos, por razones económicas, profesionales, familiares… La vida es un camino con muchos cruces donde hay que elegir permanentemente entre varias opciones. A veces uno acierta, otras veces se equivoca. Equivocarse puede significar adentrarse en un túnel sin retorno. Se puede aguantar mientras hay una luz al final. Sin esa esperanza, vivir se convierte en un infierno asfixiante. Wolfgang, el marido de Gloria consigue salir de su túnel desapareciendo, pero paga un muy alto precio… Efectivamente, el lector se puede identificar con la idea de desaparecer, porque es una forma de escapar a una realidad no deseada, es como cerrar los ojos y no ver lo que no se quiere ver, con la esperanza de que al volver a abrirlos todo haya cambiado.
P.- Usted es francés, nacido en Saint-Pol-sur-mer, en Dunkerque. Vivió en Irlanda y finalmente se estableció en la Islas Canarias. Escribe sus novelas en castellano. ¿Por qué elige este idioma?
R.- En realidad no elegí. Cuando empecé a escribir nunca dudé si escribir en francés o castellano. Llevo ya más de treinta años viviendo en Tenerife y el castellano es mi idioma de cada día, el idioma con el cual me es mas fácil expresar mis ideas y sensaciones. Así que naturalmente empecé en español. Después de la publicación de mi primera novela Lágrimas en el mar, me decidí a traducirla al francés. Fue un trabajo mucho más laborioso de lo que me imagine a pesar de que se trataba de mi idioma maternal. Tarde más de lo previsto pero el resultado me satisface.
P.- Se dice que traducir es traicionar. ¿Le parece que la traducción de una obra resulta más fiable cuando está hecha por el mismo autor?
R.- Traducir es transportar ideas de un idioma a otro respetando el estilo. Los problemas surgen cuando las ideas pasan por la mente del traductor que no es una página en blanco, de ahí los posibles errores. Como comente antes, traduje mi novela yo mismo, después, la revisó un amigo periodista jubilado y estricto con el uso de "la langue francaise". Hacia algunas modificaciones, pero a veces llegaba a introducir matices, en los personajes por ejemplo, que no eran míos, pero provenían de su forma de entender la vida. No era consciente de ello. Tuvimos unos intercambios muy animados y interesantes que me llevaron a pensar que cada traducción contiene un porcentaje de interpretación.
P.-Pascal Buniet nació en una zona especialmente asolada por la guerra contra el nazismo, en territorios arrasados por los ejércitos alemanes. ¿Eso crea una conciencia moral especial, una visión del ser humano determinada?
R.- Pertenezco a la generación posterior a la guerra pero educado por unos padres que la sufrieron en plena adolescencia, con sus bombardeos, miedos y penurias. Mi ciudad de origen es una cuidad nueva porque fue destruida, y reconstruida. Sin duda he oído muchas anécdotas de lo que fue en mi juventud contadas en primera persona.
P.-¿Es cierto que siente una especial debilidad por el personaje de Arsène Lupin? ¿Qué diferencias encuentra entre la novela policiaca de aquella época y la actual novela negra?
R.- Me gustó descubrir que M.A.R. Editor publica textos de Maurice Leblanc y reencontrarme de nuevo con Arsène Lupin. Hace muchos años ya, mientras otros seguían al Hercules Poirot de Aghata Cristie, yo era lector de las aventuras de Arsène Lupin, "el gentleman cambrioleur". Arsène Lupin pertenece a otro mundo, a otra época. Un ladrón de guantes blancos que robaba a los de su clase, la clase alta. Sigue siendo una lectura interesante. Arsène Lupin es un ladrón con clase y principios. Un hombre con clase. Es un tipo de novela negra refinada… etiqueta negra...
P.-En su anterior novela, Lágrimas en el mar, relata una situación que vivió cuando ibas corriendo por un lugar desierto de la costa sur de Tenerife.
R.- Tengo la suerte de vivir en el sur de Tenerife junto a una zona natural protegida llamada Malpais de Rasca. La noche del ocho al nueve de enero 2004 llego una patera a esta costa, inhóspita para las embarcaciones. Todo cuanto describe John, el protagonista, en las quince primeras páginas de la novela, lo viví personalmente. Me encontré con los restos del desembarque de inmigrantes en este lugar, es decir ropa, enseres, zapatos abandonados… por la prisa y nocturnidad. Recientemente descubrí con sorpresa que la realidad sobrepasó mi ficción. Un conocido de la zona me pregunto de qué trataba el libro. Se lo dije y me respondió "Claro que me acuerdo, nosotros escondimos a tres de esos inmigrantes." Casi todos los personajes de la novela son gente que se han desplazado a vivir a otros países. Pero la novela pone el acento en lo que llamaría "la emigración dolorosa" que consiste en arrancarse a su tierra como única forma de escapar a la miseria. Cuando yo llegué a Tenerife hace unos treinta años, regresaban canarios que habían emigrado a Venezuela y cuyo dinero ganado con sufrimiento, y traído a la isla, ha dejado a hijos y nietos en situaciones económicas muy buenas. Es importante que estos jóvenes se acuerden de dónde viene su bienestar y no traten con desprecio a los que a su vez llegan en busca de lo mismo.