17.7.20

Fernando Savater recupera "El dialecto de la vida", un homenaje a Stevenson, en M.A.R. Editor

Fernando Savater recupera su novela El dialecto de la vida, un homenaje a Stevenson y un recorrido por la Escocia de los castillos en ruinas, los paisajes neblinosos y los tugurios de los bebedores de güisqui. La novela aparece en la colección de narrativa de M.A.R. Editor.
Savater entrecruza en El dialecto de la vida tres propuestas. Lo que comienza siendo una novela de viajes, con la persecución periodística de las huellas de Robert Louis Stevenson, se engarza con las reflexiones sobre el fracaso de la relación amorosa del protagonista con una mujer, y con la naciente y equívoca amistad entre el hombre maduro y el joven fotógrafo que le acompaña. El escenario es Escocia, pero no la Escocia turística de los catálogos, sino la neblinosa, la de los pantanos, los castillos derruidos en lugares casi inalcanzables, los viejos bebedores de whisky que soportan un último trago acodados en la barra. Alan, el maduro protagonista, indaga en sus recuerdos el modo de recobrar el amor de su mujer, pero la vitalidad del joven David, su inestabilidad e inmadurez, su continua fascinación ante todo cuanto hay a su alrededor, harán cambiar los planes de Alan y le llevarán a descubrir facetas de su propia personalidad que le sorprenderán e inquietarán.
Brumas, alcohol, la memoria y sus deformaciones, jóvenes de aspecto seductor, reflexiones sobre la creación literaria, la impotencia de la filosofía ante la realidad, las calles de las obras de Stevenson, de los criminales de aquel tiempo, entrecruzándose con la vida de los protagonistas, Alan y David, son el caldo en el que se cuece una novela de intriga, de viajes y de amor, una novela, incluso, iniciática para el David que descubre el mundo de mano del hombre. Los destellos de humor de Savater son guiños al lector, oasis —o tabernas— en el camino, para llegar al punto final, al punto en el que acaban todas las historias.



Fernando Savater nació en San Sebastián, en 1947, donde vive y pasea todos los días por la playa de la concha, Escritor, profesor de Filosofía durante más de 30 años, ha escrito más de 50 libros. Traducido a más de veinte idiomas. Su última obra publicada ha sido La peor parte. Entre su obra destacan las novelas El dialecto de la vida (M.A.R. Editor), Caronte aguarda, El jardín de las dudas, Diario de Job, La hermandad de la buena suerte o el libro de relatos Episodios pasionales. Entre sus ensayos cabe mencionar: Contra las patrias, La tarea del héroe, El contenido de la felicidad, Ética para Amador, Política para Amador, El mito nacionalista, El valor de educar, Perdonen las molestias: crónica de una batalla sin armas contra las armas, El gran fraude: sobre terrorismo, nacionalismo y ¿progresismo? y Voltaire contra los fanáticos, entre otros. En su obra teatral destacan títulos como El último desembarco o Vente a Sinapia. Es autor de Mira por dónde. Autobiografía razonada.

Afirma sobre su libro Fernando SavaterEl dialecto de la vida no es una novela autobiográfica, no se puede decir que sean cosas que le hayan pasado exactamente a Fernando Savater, pero es cierto que hay trozos de vida, incluso de mi vida. He viajado mucho por Escocia y al escribir El dialecto de la vida me inspiraron dos viajes, en concreto, que hice allí. Uno de ellos lo hice con mi mujer, Sara, para el programa de televisión Lugares con genio; fue un viaje posterior al comienzo de la escritura de la novela. Aquellos programas fueron interesantes, porque se unía a un escritor con su entorno; el Buenos Aires de Borges, la Lisboa de Pessoa, el Chile de Neruda, la Praga de Kafka, la Escocia de Stevenson… Algunas de las cosas que cuento en la novela las vivimos allí. No es la Escocia de las guías turísticas; mi Escocia es la Escocia de Stevenson. Hay sitios turísticos, como el lago Ness. Pero en esa época yo era un apasionado de Stevenson, sigo siéndolo hoy en día; de su vida, de su obra, me hubiera gustado encontrarme con él. A mí siempre me han inspirado otros escritores, porque la gran aventura de mi vida es leer, y he vivido las aventuras que he leído a otros autores. Yo he viajado y he vivido con la lectura de La Isla del tesoro, con Sherlock Holmes, o cuando leí a Ciorán. Esas fueron mis verdaderas aventuras. Creo que leí La Isla del Tesoro con 6 ó 7 años, fui un niño precoz. Mi mente juvenil se extasió en el mar infinito, surcado por una goleta de nombre español y tripulación de bucaneros de todos los mares, que inventó un escritor escocés al que debo algunos sueños. Me marcó una versión en disco con voces de locutores famosos como Teófilo Martínez. Tanto me marcó esa versión, que en mi libro La infancia recuperada, al hablar de La isla del Tesoro, menciono una frase que no está en la novela”.