27.3.23

Entrevista Rafael Guerrero: “Mi novela está basada en hechos que suceden más a menudo de lo que pensamos, muy relacionados con mi trabajo de detective”.

 

Pregunta.- ¿Qué se va a encontrar el lector en esta novela?
Muero y vuelvo tiene una peculiaridad con respecto a otras novelas de detectives: está escrita por un detective. Quizá por eso la historia consigue contagiar con verosimilitud la atmósfera de sexo, dinero, cinismo y camaradería que envuelve esta profesión tan proclive al límite. Pasen y vean.


P.- ¿Cuál es el personaje más potente?
R.- El personaje más llamativo, sin duda, es una mujer; croupier y brasileña. El perfecto cóctel molotov, servido a pedir de boca en una trama de novela negra. La tragedia está servida, pónganse cómodos y disfruten.


P.- ¿Qué sabías de Brasil, y sobre todo de los escenarios que describes en la novela?
R.- Brasil nunca se conoce del todo, había viajado por turismo y trabajo. Lo que vieron mis ojos en ese país no se me borrará de mi memoria. Pero en la novela aparecen otros escenarios y vivencias: viajes, música, Hoteles, un retrato poco habitual de Madrid, tragos, sexo, empresarias, expolicías, una mirada próxima de la Barcelona actual, mucho de trabajo cotidiano, y como corresponde a una novela negro criminal un final sorprendente donde apenas unas horas marcan “lo que pudo haber sido y no fue”.


P.- ¿Está basada en hechos reales? ¿Le sucedió en primera persona al detective que posteriormente lo escribe en la novela?
R.- Digamos que mi novela está basada en hechos que suceden más a menudo de lo que pensamos y que están muy relacionados con mi trabajo de detective. La condición humana es terrible si toca padecerla y magnífica como fuente de inspiración. Me temo que por discreción y cláusulas contractuales más no puedo desvelar.


P.- ¿le quedan ganas para describir el mal?
R.- Padezco dos veces mi oficio, desde la calle y desde el teclado. Solo aspiro a desmitificar la figura del Detective contemporáneo, con sus luces y sus sombras, poner negro sobre blanco desde una perspectiva literaria. Quien espere recibimientos, que se dedique a otra profesión.


P.- ¿Volverá?
R.- Nunca digas, nunca jamás.