Pregunta.- ¿Cómo considera haber alcanzado la cuarta entrega de la saga
Mat Fernández?
R.- Preocupado, con Nunca pensé ni siquiera hacer una novela con el
personaje. El germen fue un relato y de ahí todo fue imparable, no pude
controlar la necesidad de darle la palabra a Mat Fernández. Mat para mí
funciona como un imán que me mantiene unido a la realidad. Nunca tuve dudas, de
hecho, como no hay quinto malo, una nueva historia ya está en mi cabeza
relacionada con los barcos flotantes de la bahía de santa Cruz durante los
meses siguientes al Alzamiento Militar y la prisión de Villa Cisneros y los
poetas canarios.
P.- ¿Quién es Mat Fernández?
R.- Un tipo honesto que se las ingenia para estar donde nadie quiere estar. Un
tipo que entra en una ciudad asediada mientras todos la abandonan. Un tipo
capaz de jugarse la piel por principios y por amor. Cuando éramos pequeños, sin
saberlo, y cuando todos jugábamos en el patio a policías y ladrones yo quería
ser Mat Fernández. Y en una realidad en la que no sabemos diferenciar dónde
están los ladrones si en los despachos o en el trapicheo, si los malos están en
la cárcel y los buenos en su casa o si los que están en la cárcel deberían
estar en las casas de los causantes de que ellos estén pagando por otros… en
esa realidad yo, el autor, elijo ser Mat Fernández.
P.- ¿Cuál es su novela preferida de la saga?
R.- Los ojos de Henry Fonda que fue un relato dentro de la antología
G-2 Nuevos escritores canarios del editor Ánghel, con h intercalada, Morales.
Fue el origen. Luego, nunca olvidaré la firma del contrato de Un
camino a través del infierno con M.A.R. Editor que fue
el principio de este sueño. Los
ojos del puente fue la más dura de escribir y Nunca bombardees Pearl Harbor la más dura para Mat.
Durísima lo puse es una situación de cuánto más peor, mejor. Lo dejé solo, fui
duro con él, y a fuerzas de ser sincero, algo me arrepiento.
P.- ¿Es De un país en llamas la novela de mayor contenido político?
R.- Hay ciertas líneas argumentales que la unen muy claramente con Un camino a
través del infierno y con Los ojos del puente. Especialmente en dos puntos el
sentido político de la existencia y los orígenes del nacionalismo en Canarias.
De un país en llamas resuelve parte de las cuestiones inconclusas en esas dos
novelas. La novela negra tiene la virtud de ser un género muy directo y eso
ayudó a desempolvar el pasado.
P. ¿Y la corrupción?
R.- Ese es el quid de la cuestión. Una pregunta con una respuesta muy clara: la
corrupción no le importa a nadie. Y es una frase que le escuché, y que comparto
a José Saramago.
P.- ¿Cuándo fue escrita De un país en llamas?
R.- Mezclando a John Steinbeck y a Máximo Décimo Meridio, la novela fue escrita
en tiempos de ira y fuego, analizando la situación política en Canarias y el
caos a nivel nacional que generaba una situación de inseguridad. Fue una mezcla
de confinamiento y realidad. Venía de ganar el Alexandre Dumas con Baraka y el
Rumeu de Armas con los artilleros del Rif y dispuse de tiempo para centrarme en
digamos “otra de Mat”.
P.- Defienda su novela.
R.- Defender De un país en llamas y cualquier novela de la saga es básicamente
defender a Mat Fernández… Así que quiero asegurarme de que he encendido la vela
antes de apagar la cerilla. En cierta ocasión no muy lejana, con la publicación
de Nunca bombardees Pearl Harbor, un crítico literario afirmó
que Mat Fernández conjugaba la violencia de Mike Hammer, la ruda ternura Philip
Marlowe y la honestidad de Lew Archer. Mat ha sido creado con un perfil clásico
que se ajusta a los tiempos actuales. Melómano, cinéfilo, un tocabolas y un
perdedor a tiempo completo. Todo eso en un ambiente Pulp pop que da
consistencia al argumento. Ahora en vuestras manos… De un país en llamas.
P.- ¿Está la literatura igual que la vida, en una nueva realidad?
R.- Últimamente cito mucho a Marguerite Duras que decía que lo que se escribe
sustituye a lo que se vive. Se escribe por necesidad, por forma de vida.
Escribir es una manera de vivir muy distinta a la vida cotidiana, casi en sus
antípodas. En estos momentos las circunstancias sociales han cambiado y ahí
tenemos un nuevo material que hay que aprovechar, analizarlo, enjuiciarlo y
criticarlo. No puede pasar desapercibido. En tiempos de pandemia rodeado de
cuatro paredes escribir era lo que llenaba mi vida y la hechizaba. La escritura
nunca me ha abandonado. En el fondo lo que hacía es darme fortalece frente a lo
que se estaba viviendo. Para abordar la escritura hay que ser más fuerte que
uno mismo, hay que ser más fuerte que lo que se escribe.
P.- ¿En dónde se encuentra su obra?
R.- Ya ha pasado ese cruce de caminos intento hacer una literatura global e
integral. Por eso compagino la novela negra, con el thriller, con la novela
histórica o con la ciencia-ficción en variante sci-fi noir, en donde me
encuentro ahora. Solo hay una receta infalible que te da el valor de esfuerzo.
Porque no hay una píldora mágica. Todo se basa en el trabajo. Un día tiene
veinticuatro horas y duermo una media de siete. Ocho horas de trabajo, una de
lectura y otra hora para alimentar, no solo el alma… quedan siete horas que, si
te organizas bien con todas tus obligaciones, hay tiempo suficiente para crear.
P.- ¿Qué aporta Mat Fernández al
género negro?
R.- Bocados de realidad. Tengo mucha confianza en el personaje. Eso es un punto
de arranque fundamental, porque cuando dudas del personaje, dudas de tus
posibilidades. Entras en un terreno peligroso porque empiezas a pensar de la
manera equivocada. Cada segundo que dedicas a pensar en el plan B es energía
que le quitas al plan A. A la gente le gusta tener un plan B porque tiene miedo
a fracasar. Pero la realidad es no hay que tener miedo al fracaso porque no hay
nada malo en fracasar. No importa las barreras que le ponga el desarrollo de la
trama, lo fundamental siempre para mí ha sido empezar a contar una historia con
el valor añadido de que nunca sé qué camino va a tomar Mat y a dónde le
llevará. Soy eso que muchos catalogan como escritor de brújula. A Mat solo le
pido que sea mejor hoy, con De un país en llamas, de lo que fue ayer con Nunca
bombardees Pearl Harbor o Los ojos del puente o Un camino a través del infierno.
Toda la información en https://www.mareditor.com/narrativa/de_un_pais_en_llamas.html